Diaz Valero Alejandro José

Un poeta en la plaza

Un poeta meditaba en la plaza

con mirada ingenua y cristalina

observaba desde una banca

esas aves que entre ramas anidan.

 

Allí envuelto en la nostalgia

entristece en forma repentina

y tejió los hilos de su alma

con un dolor que se adivina.

 

En aquella tarde tibia y callada

fue construyendo algunas rimas,

y en unas líneas bien rimadas

su arte de pronto se sublima.

 

Luego, una mirada furtiva,

después, una sonrisa esbozada;

y allí su mente inspirativa

se vio de pronto multiplicada.

 

Fue que una joven lo miraba

y quiso por curiosidad

saber cómo se inspiraba

un poeta en la realidad.

 

Poeta me fascinan los versos

le dijo en tono delicado,

hazme pensar que yo merezco

ser parte del verso que has logrado.

 

Y el poeta busco inspiración

le puso entusiasmo a su escritura,

y con toda su alma y corazón

produjo versos con ternura.

 

Finalizada su obra maestra

con mucho ritmo y donosura;

quiso deslumbrarla con sus letras,

de bella rima y estructura.

 

Ella sonriendo toma el escrito

mientras la mirada de él evade,

y sus ojos en modo exquisito

al brillar, iluminaron la tarde.

 

El poeta con mirada pura,

la siguió a lo lejos con su mirada,

y vio cuando lanzó a la basura

aquellas letras que solicitara.

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