JUSTO ALDÚ

TRANSPARENTE

Con cada hora,

cada sol de oquedades ambiguas

me traspasa interioridades

y los días se endurecen por la prontitud

del desasosiego.

Si sembramos la ira

cosechamos la incongruencia de los actos,

por eso se me antoja el mundo como poca cosa

para implantar nuestras necedades.

No me vislumbro ni me veo.

Soy transparente

 

y es que los días pasan como creemos

y se esfuman en nuestras manos cual ramales.

Nada llega a verse realmente

tal como es.

 

Aquí la gente pareciera no amar.

Se habla en una lengua que no entiendo

con absurda vanidad

y que les importa el resto.

No se refleja amor

ni la ilusión

mucho menos sueños

y les juro que uno vive incólume,

con un decaimiento de hombros

en los callejones

allí donde choca el amor contra el amor

y a ellos,

qué les importa el resto...