Cual estética figura de sensibilidad profunda
Su alma agónica, sumergida en el fango de sus sentimientos
Miraba al cielo buscando providencia
Encontrando únicamente, el resplandor del relámpago y el estruendo del rayo
Sus ojos dotados de clarísimo color
No podían traspasar aquellos cirros, que como muros
No lograban detener la vasta energía de un gigante
Fraguaban lentamente en esa mente confusa, sentimientos satánicos
Su piel ardía, sus labios temblaban, sus piernas flaquecían
El roce de otra piel hizo vagar sus sentimientos
Poco a poco fue perdiendo el control de sus vitales órganos
Transportada por bellícimos paraísos por un ser extraño en apariencia
Pero que había podido despertar en sí, su propio Dios y su lejano deseo
Pasaron las horas y aquellas dos almas, cuya belleza y placer
Los habían llevado al trono de la felicidad, en donde la gloria era un lugar
Una avecilla posó entre sus manos, despertando nuevamente sus instintos
Acariciaron al extraño plumaje y sus dedos se trenzaron bruscamente
Los labios quedaron a la mínima distancia y los párpados bajaron lentamente
Pero los párpados de la imaginación
Con el fuego de sus venas, abriéronse poco a poco
Aquel paraíso cuyas frutas simultáneamente bellas , caían al suelo
Y se oían como notas clarísimas de un piano
En ese instante, un amigo mas reconoció al amor
Y con clarísimas corrientes, se empezaron a oir las notas más armónicas
Cuya languidez, nos hacían recordar también
Nuestros instantes de felicidad