Noche de alianzas (Dueto: Alicia y Salvador)
Oye mi voz escrita
Arrimadito
a tus labios de pasión roja.
Oye mi voz escrita,
que el Paraíso
voy poniendo a tus pies,
mi linda azteca,
oye el trino de mi garganta
al pie de tu ventana.
Quédate mirando lejanías...:
tú y yo: las cinturas entrelazadas.
En Las lejanías de tus ojos me quedo,
y en la ventana abierta de mis labios
escucho el trino de tu garganta
que me arrulla con su canto.
la pasión de los sentidos se despierta
con lo dulce de tu voz.
en el paraíso de mis sueños
con amor espero por ti,
las manos se juntan y los labios se tocan,
y entrelazados los cuerpos se besan.
Entra en la noche.
Luna y lucero te visten de gala,
con besos yo te visto de luciérnagas.
Nos entrelazamos: los cuerpos bailan...
Tú, rosal derramando aromas
que encienden de placer mis ansias.
Tú, rumor de río que aguas me bañan...
Tú, flor abierta
en pétalos de lumbre calurosa.
Yo, el mar por donde navegas,
tajando espumas
tu proa de nácar.
Echándote
cual flor tronchada
en mi hombro,
bailamos
el vals de las olas acariciadas.
Entra la noche con su luz brillante,
nos mecemos cual palmeras
en derroche de amor fragante.
La luna con sus ojos nos observa
engalanada como reina de la noche
cual luciérnagas navegan en mi cuerpo.
Mientras rosas con tus manos, mis entrañas,
y tiemblo al sentirme entre tus brazos.
Bailamos como dos locos enamorados
sintiéndonos como barco que se mece,
al son de la música de los cocuyos.
Desabrochas mis ganas de tenerte
en pétalos de rosas me recuestas
las trasparencias caen de pasión al tocarme.
Tú y yo. Alianzas -oro y miel-
a la luz de la luna.
Tú y yo:
gozando el paraíso
que abandonaron Adán y Eva,
ardiéndonos los besos
que nos inflaman.
Tú y yo: a la sombra de un haya
-caliente el rubor sube
que nos acalora-.
Tú y yo: sintiendo
del vino el éxtasis por lontananza...
alzado en copas de ambrosía,
entrando las caricias cuerpo adentro,
gustando las delicias enmieladas,
resbalando el orgasmo
por la pendiente
de la alcoba encamada.
Tú y yo a la luz de la luna
dejamos que el viento balanceé los cuerpos
gozando del encuentro que esperamos
soles y lunas nos envidan
al ver la desnudes de nuestros cuerpos.
Tapados con la sombra de la noche
entramos al lugar del paraíso
envueltos en las delicias de los besos,
sube el calor y arde la llama.
Apasionada y el éxtasis del placer
gustamos de beber el vino tinto
brindando con las copas del amor
dejamos que la noche nos sorprenda
y volvemos a empezar a mecernos
como vaivén de palmeras, nuestro paraíso es eterno
como el placer de tenernos.
Enredados en el manto de la noche de pasión,
Tú, y yo, a la sombra de la noche nos entregamos al amor.
(Gracias amor, por darme tu amor en estos versos llenos del amor que nos tenemos, cielo mio!!)