La tarde
(soneto)
Aun recuerdo aquella tarde callada
cuando juntos, tomados de las manos
caminábamos los grandes océanos,
navegando en el azul de la nada.
Tu mirada, cruzaba mi mirada.
Nuestros cuerpos se sentían cercanos,
tan amados, formando remolinos
de amor entre su voz alborotada.
Y recuerdo los colores dormir
a lo lejos, en la orilla del mar.
Recuerdo ver a la tarde morir
en manos de la noche al despertar
la clara luna en el cielo, y sentir
las ráfagas del viento sin parar.