Qué patético sería anunciar
mi suicidio,
por muy insignificante que éste sea.
Es de lo más bajo eso
de compartir las penas con el mundo
y recibir una palmada en la espalda
y palabras cursis que no sirven
más que para hacer planas mentales.
-¡Échale ganas!-
-¡La vida tiene tantas cosas buenas!-
-¡Lucha por tus ideales!-
Los ideales más ideales
deberian ser joder lo menos posible
a quienes nos tienen que soportar a diario.
¡Bastante tendrán con soportarse a sí mismos!
Es mejor cargar una cruz entera
que fragmentos de cruces
que terminan siendo bosques.
Ahora bien,
vamos con lo opuesto...
¿Valdrá la pena presumir el coche nuevo?
¿El título que me hace sentir mejor
que los que no tienen uno?
¿La bendición de tener un hijo?
¡Y viene de nuevo la parlotería!
-¡Felicidades por el logro!-
-¡Eso hay que festejarlo!-
-¡Te lo mereces, eres el mejor!-
¿Será realidad todo lo dicho?
¿En verdad soy el mejor?
Tal vez si merezcamos todo lo que tenemos.
Eso si puede ser, pero entonces...
¿Por qué sólo creemos merecer las cosas
que nos resultan agradables?
¡Con un carajo!
Por hoy los dejo en paz
porque me siento tan patético
compartiendo el autoreclamo de mis defectos.
JCEM