Tu eres para mí
el sol de mi existencia,
aunque a veces nubes grises
ensombrezcan su fulgor
pero hemos sabido,
luchar con sensatez
y esperar, que soplen vientos fuertes
y las puedan apartar,
para que el cielo,
en donde habita nuestro amor
ninguna nube gris
lo pueda oscurecer.
Si acaso, algo nos impide
continuar con este amor
se que siempre me recordarás.
Porque en cada pájaro
que cante en tu ventana
ahí, escucharás mi voz.
En cada mariposa
que se pose en una flor,
verás la imagen de mi ser.
En cada rosa,
perfumada de un jardín,
percibirás en su perfume
el aroma de mi cuerpo.
Y así, en todo lo que es bello
que existe en la naturaleza,
ahí estaré presente para tí,
porque sentirás el resplandor
del reflejo de mi alma
y como el halo de una estrella
viviré en tu corazón.