Aqui espero la tardía primavera,
y espero, con súplica y fervor,
que aparezca ya la luz primera
que ponga un manto de verdor
en aquellos desérticos prados;
para que las aves puedan volar,
en aquellos valles abandonados;
que no conocen la luz solar.
para que vuelva a la vida
esa savia perfumada,
en recompensa merecida
a la tristeza pasada.
¡que el ocaso tarde en venir!
quiero la luz radiante
pues sin ella no podré vivir
de ahora en adelante.
¡Ah, mi anhelada primavera
eres dulce y elegante,
como las lágrimas de cera
que bajan lentamente
sobre la rígida vela..,
J.Plou