Alexander Vortice

"GOLPEAR EL AGUIJÓN"

No intentes golpear el aguijón ya que las cucarachas son estridentes.   Pienso en sus caras y siento aversión: todos ellos, con sus caras de cerdos gratinados y sus tarjetas de descrédito y los olfatos, sus olfatos, postrados en los senos de esas niñitas hechas a imagen y semejanza de sus crepitantes lujurias.   Pienso en el desayuno con cereales de oro y en las tonalidades de los vómitos y en el sur que está al norte de lo que fue mío.   Sé lo que sé porque ya lo he sabido antes que tú: sé que el hado será una pirámide sin circunspecciones, sé que pereceré con intentos vanos de muerte, creo, medianamente muerto; sé que ellos olerán mi féretro, sé que mi féretro será una especie de tierno y fecundo excremento.   Pero, no lo intentes, no, te lo ruego. No intentes golpear el aguijón, ya que las cucarachas se forjaron a fuego parsimonioso en el desconsolado infierno.