El tiempo se acercó
a las puertas de la casa
una pincelada antigua
con recuerdos repasa.
Apareciendo la polera
con esa niña estampada,
sentada sobre la roca
de la playa solitaria.
Y tantos años rodaron
de la juventud encantada
un paseo por la arena,
una caricia amada.
¡Cuantos besos escondidos!
cayendo como cascadas
tantos años revividos,
con alegrías lejanas.