Susana, Susana, lejana Susana
Por allá en tu pampa suramericana,
Te pienso cruzando calles y avenidas
En la dura brega por ganar la vida,
Yendo a tu trabajo, difícil trabajo:
Con las pobres gentes del circulo bajo,
Esas que nacieron sin pan y sin techo
Y pobres de amores, carentes de afecto
Se roban la vida a los raponazos
Exponiendo a diario su carne a un balazo.
Así te la juegas, querida Susana,
Como buena hembra suramericana
Que a lo macho luchas por ganar el pan
Mas pensando en otros que en tu bienestar.
Larga es tu jornada, no tienes horario
Pues donde laboras siempre es necesario
Tu saber, tu afecto, tu consejo sabio
A las pobres gentes que sufren resabios.
Después que trabajas, ya con desaliento
Vas a tu casita, pero, no, un momento,
Al supermercado toca ir a mercar.
Y allí vas mirando, llenando las bolsas
Con latas, con panes y con gaseosas,
Y ya luego en casa, te haces un café,
Por supuesto un rico café colombiano.
Después pensativa, con lápiz en mano
Y en una libreta o un cuaderno viejo
Vas regando letras, vas armando versos
Hasta que de pronto París un poema
Y es que en tu cerebro siempre rema y rema
Un diablillo mágico que siempre te anima
A dejar en versos trozos de tu vida.
Susana, Susana, lejana Susana,
Se que estas ahora tranquila en tu cama,
Y acá, desde lejos te pienso dormida
Soñando un mañana sin tanta podrida
Situación amarga para nuestros pueblos
Tan mal gobernados, por tontos, por lerdos.
Que cambian sus votos por platos de sopa,
O por un ladrillo, o por una copa
Para que gobiernen los mismos de siempre,
Los que todo tienen mientras que las gentes
Que todo les falta, los que fueron siempre del circulo bajo,
No tienen siquiera derecho al trabajo.
Susana, Susana, descansa tranquila
Y sueña que abajo vendrán los de arriba