Esta noche, no se siente como noche
esta noche, es mi melancolía.
De a poco se han ido esfumando
mis ganas y mi aliento.
Las nubes de esta tarde,
se llevaron consigo mi esperanza.
Un silencio de muerte es el que me acompaña
y mi nostalgia se divide en dos,
para hacerme lagrimear el doble.
Las desganas de hoy no son pasajeras,
el desaliento de mi noche sabe a pesadumbre.
Ahora que importuno se me hace el recuerdo
y se me hace incómoda la concepción de Dios.
Mi soledad de a poco se abre espacio,
mientras mis ojos cantan al océano,
estas desganas de ultratumba
me convierten en el ser más mezquino de la Tierra.
Y se va alejando silenciosa, mi alegría;
de a puntitas mi sonrisa me abandona
qué conveniente eres ahora poesía,
y propicia como a la arena, las olas.
Así entrando voy a mi flaqueza
suficiente martirio por una noche,
pero nada es suficiente para esta tristeza
y mis desganas empiezan a jugar con derroche.
Digamos que esta noche
soy una mañana sin su Sol
Digamos que esta noche
me muero más de lo que estoy.