En la lejanía de la lujuria
Caí sin esperar encontrar el sueño
Enredado con palabras y añejado con mis dolores
Espere encontrar una puerta en este desierto
Pero encontré un palacio al que todos llegaban
Pero nadie admiraba.
Era invierno pero aun faltaba el frio
Cuando solo una mirada lleno de calor mis ojos
Y cuando una sola palabra ilumino el sendero.
Cuando por fin pude entender la delicadeza de sus pasos.
Es cuando comprendí que esto no era un espejo de antiguos cofres.
Esto era real era una luz proveniente de lugares que solo el sol conoce.
Entonces conocí la oscuridad del silencio,
Conocí la necesidad de sostener mis palabras y lanzarme al viento.
Ese viento que soplaba fuerte pero no dejaba de darme suspiros
Y de entretener mis esperanzas.
Sentí la necesidad de buscar los olvidos que la tenían atada,
Que ironía, quede atado a ella.
Plasmado de incertidumbres y de nuevos recuerdos
Empecé a remar en las nubes tratando de encontrar pasos en el firmamento.
Cuando te sucede esto te das cuenta que todo es iluso,
que cada momento o cada recuerdo son falsos
que cada noche es una nueva mentira para tus brazos.
Y donde cada beso es una nueva cuenta pendiente con Dios.
Acaso lo recuerdo ahora en esta oración
Cuando me ha dejado caer tan profundamente
Que es imposible ver de donde he venido.
Lejos he llegado por ella, diría tan lejos
Que ahora no recuerdo como volver a mí.
Quizás cuando cada flor se vuelva en una nueva historia
Recordare lo que significa la simplicidad de la vida.
Pero mientras la tenga a ella y a su aroma engendrando
Recuerdos en mi alma será difícil escapar.
Es difícil ver esa salida de tanto amor que enturbia la frialdad de mis pensamientos.