Cuando el amor no es amor,
es un sentimiento perdido en el
espacio.
Es un ramo de anhelos marchitos,
la gloria de un pasado escrito.
Es pasión, es lujuria, es fascinación,
pero no es amor.
Cuando el amor no es amor,
las cursilerías sobran, las ansías se
agotan.
Cuando el amor no es amor, el universo
se te hace pequeño, no hay magia ni
paraíso eterno.
Se aniquila lo incierto, el sol castiga
las horas, sustituye la paz del viento.
Cuando el amor no es amor, recuerdas
cuando lo fue. Le temblaban las manos,
su voz, su corazón. Ahogaba la respiración,
porque entonces el amor era amor.
Cuando el amor era amor te dio tanto,
dibujó tanta belleza que te hizo sentir princesa.
Sin embargo, el corazón no piensa,
no dejaste la puerta abierta.
Quisieras olvidar, sin antes evocar,
regresando el tiempo, que el cosmos
conspire nuevamente, que vuelva hacer ese
personaje silente que con poco te decía todo.
Pero ese amor ya no es amor.
Cuando sus versos no te hipnotizan y sus
frases son anodinos esparcidos en tu mirada,
te das cuenta que ya no hay nada.
Cuando el amor no es amor, es mejor decir adiós…
Cuando el amor no es amor, es mejor no tentar a la tentación.