Deshojando las flores,
paso el día en el puerto
por si veo un bergantín,
que tirando el ancla
afirme la esperanza
de ver tu risa alegre
y tu pañuelo saludando.
Se ha deslizado el tiempo
haciéndome sentir
tu ausencia en nuestra cama,
tus besos en mi boca,
cambiando mi conducta
de tal manera
que ya en el pueblo
me llaman la loca.
No miro a ningún lado
por temor a que sea
tan sólo una ilusión,
esta magnífica visión
candela de mis ansias,
pero valientes mis ojos
observan no son fantasías,
es la realidad, allá en cubierta
firme ,elegante, varonil estás.
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MIRIAM RINCÓN URDANETA.