El perro dijo al caballo:
apreciado caballero
usted podrá correr ligero
pero yo ladro,
y eso le gusta al amo.
Usted corre por los campos
en veloz carrera;
yo corro a mi manera,
de vez en cuando.
lo suyo es nobleza,
es erguir la cabeza
sin dificultad;
lo mío es fidelidad,
ser buen compañero
y brindar entero
toda mi mistad.
¿Tiene usted algo que decir
que pueda mi razones rebatir?
preguntó desafiante el canino.
Con aires muy altivos
queriendo al caballo herir.
Sí, sal de prisa por el camino
le respondió el caballo;
apúrate a recibir al amo
que yo con mi porte fino
con entusiasmo y mucho tino
relincho desde el establo.
***
No te alabes tanto amigo
que a veces por alabancioso
lanzas al fondo del pozo
todo lo que has conseguido.
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AUTOR: Alejandro J. Diaz Valero
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Maracaibo, Venezuela.