No me importa saber en qué momento
es más, o es menos
sólo acepto
pues sin ti el pensamiento no tolera
la idea de existir.
Y me atormenta con instantes
de incipientes rebeldía,
que me agobia sólo eso,
un instante,
para luego sucumbir en la agonía
del martirio que provoca el no tenerte.
Nuevamente hacia ti vuelven mis ojos,
a buscar vuelve mi cuerpo de tus brazos
el dogal,
y la pasión que me inflama tanto el alma,
en mendigo conviértame,
no más.
Y así, como mendigo,
con migajas me vuelvo a conformar.
NM de la Rosa
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