Sergio Jacobo "el poeta irreverente"
DESNÚDATE LENTO
Desnúdate lento, como si fueran mis manos las que acarician tu cuerpo. Deja que los botones de tu blusa se ajusten a tus dedos. El imperialismo de tus senos se abrasa a mi mirada se enciende al contacto con mis ojos. Tú la incitadora, la palabra muerta entre mis labios -éstos labios- que toman tu pezón en el sigiloso momento en que tu blusa se abre; resbala sobre tu espalda que se eriza al contacto con mi mano.
Desnúdate lento. Que tu falda negra se deslice sobre tus piernas dejando al descubierto el néctar insaciable de la espera (de esta espera) de poseerte entre el murmullo de mi aliento que se filtra en tu oído mientras enmudeces y, un nudo en la garganta te delata.
Desnúdate lento permite que mis brazos te sostengan. No sepamos de besos, de los abrazos, no conozcamos ni el tiempo. Deja que se asiente el momento como el azúcar en la taza de café, hay que deglutir segundo a segundo nuestro encuentro, en cualquier parte (en el cómodo sillón de la sala, en la cocina) sólo desnúdate lento sombra de mi brazo, espectro de mi cama.