A las siete de la mañana,
previo al albor del alba,
el rumor de las aves
por el rosal pasó suave.
Yo, desde dentro de la casa
miro por la ventana,
y veo el rosal y nada
de rumores y cantos de aves.
Salgo y comienzan cantares
de aves que cantan suave
en el rosal que cae
en el canto de la mañana.