Madre, ¡oh madre!
Árbol de la juventud por siempre
Preñado futuro a la niñez
Al sabio placer de conocerme
Me enredas en el seno de tu aura
Y yo madre, yo tan indefenso a ti acudo
Cuando la melancolía se llama tiempo
Y el abrazo de la nostalgia, viento.
¡Mírame!, desterrado de tus brazos
Me hice de mi carne tierra
Me hice de mis huesos polvo
Crecí como si viviera en madriguera
Afuera, en donde los rostros se empapan
De donde tu, dichosa de arena
Enredaste tu vida a la entrega
Por pasión, sin morbo y en vela
Al mar, la escarcha del frío arropó tus hojas
Te dio vida el cielo, la tierra y el sol
Eres hija de la luna, madre de la estrella
Un rocío de cariño impenetrable, ¡madre!.. ¡oh madre!..