Oh Dios, cúan grande es tu nombre!
No quiero apartarme del amor de Jesús
Porque sólo tu luz es mi esperanza.
Tu paz eterna me siento en cada lucha,
Admiro mucho tu fidelidad que perdura;
La verdad de Dios es buena por mi alma.
Guardame, Oh Señor con tu poder divino!
Lejos de tí, perdido soy y sin ayuda,
Por eso, pongo mi confianza en Jesús,
Vivir en su gracia, mi corazón se renueva.
Aunque mis días tienen muchos conflictos,
Replandece tu luz, cubriendo mis lagrimas,
Tu hijo yo soy, sanctificado por tu sangre.
Las cosas maravillosas nunca tú escondes,
Meditar tu palabra, en Jesús yo descanso.