El faro de tu mirar
(soneto)
Era una noche de abril, y la mar
serena cantaba su melodía,
las olas coquetas en su osadía
chocaban a mi orilla sin parar.
Mencionaban tu nombre sin cesar
y llamándote siempre en su agonía
buscando atajos en su lejanía,
para ver el faro de tu mirar.
Y brillaban intensos cual lucero
que parecían caer desde el cielo,
esperando el paso de mi crucero
surcando al mar entre su pleno vuelo
como brillo fugaz y pasajero;
cayendo lentamente al ras del suelo.