En silencio frágil de aquella nube
una delicia vuela sin limitación
trazando bonanza cuando sube
su amor en llamas de exaltación.
Ante el deseo de concertar en ella
la oportunidad de tener ese calor
hay que ser ciego para reyertas
siendo condición digna el candor.
Si te toma de su brazo para volar
pobre decisión será amedrentarse
porque de tanto dolor para soñar
deberá hacer así tu corazón loarse.
Ella no conoce de tiempos oscuros
ni se esconde cuando algo llueve;
hace como el sol pues brilla puro
manto de regocijo que conmueve.
¿Como oir la música de la delicia?
Del arco iris, por algunas gotas
mezcladas con el latir de vitalicia
pasión, lograrán en tí dulce nota.
La delicia es impávida ante dolor,
es contemporánea de la felicidad,
es antepasado de sangre y sudor
y será descendiente de la bondad.
John Clark