No somos los creadores de nada,
pero tenemos las lenguas creadas,
quisiera penetrar en las ninfómanas salvajes,
no queremos amor, pisoteamos el amor.
Porque exuberante es la visión,
y penetrante la reflejada justicia de lo bueno y lo no tan bueno,
de lo poético y de lo anti poético,
de lo amado y de lo no tan amado.
Y no podemos saltar,
de las puntas flageladas del olvido,
porque el poder seria escribir desde mi prosodia, ajena a la tuya,
pero perdida en el tiempo astral.
Cósmica mi visión desde los congresales,
tenue mi mirada para la tuya, triste en mi solsticio
vaga en mi querer, triste en tu volver a verme, pequeña dulcinea.
quisiera pelear contra rascacielos.
Ciudad perdida en el viento, aun recuerdo calle y calle,
casa a casa,
y puerta justa que tocar, ese seria un sueño; pero somos seres llenos de sueños inconclusos,
penosos y envidiados por los ángeles.
Triste cariño, de la cara empalmada y de las mejillas pegada en las manos,
Lagrimas de sangres, tesoro de barro, pluma de aire, corazón del sin amor.