La vi por la esquina del barrio,
Triste y esquiva en su pasar;
Traía afligida a su fruto,
Sosteniéndolo en sus brazos.
Decisión de su inmadurez,
Sello de una crueldad cometida;
Infante sin calor del padre,
"¡Seas bendito en tu hermosa niñez!".
Angustiosa pena sentí,
Al verte hoy magullada;
Si tan solo te hubieras fijado en mí,
Tu alma estaría liberada…
La vi… y para mí fue un martirio,
Un día despreciado por aquel cariño,
Mi alma vaga sin sentir,
Pobre de mi amada… mío es su sufrir.
(victolman)