Avanza el mar sobre caliente arena
y sobre mí repica el arduo viento,
aire que saca el aire de mi aliento,
que al azul horizonte me condena.
Pero es inútil repetir la escena,
y querer persistir en el intento,
si la nada diluye este momento
y no puedo cortar esta cadena.
Porque voy por el día naufragando
en la marea, que baja y que sube,
siempre sin aprender, siempre durando.
Para llegar aquí, que no sé cuando,
donde nunca estaré ni nunca estuve,
siempre estoy por llegar, siempre llegando...