Júrame, que el dolor que siento
se pasará cuando te hayas ido,
que el nudo formado en mi pecho
se deshará y no dejará ningún hilo suelto
que lo pueda formar otra vez.
.
Júrame, que en tu partida
el amor que te tengo se habrá
disuelto en la nada y que cada uno
de los recuerdos no llegarán de repente
a pincharme el corazón con su dolor.
.
Júrame, que si te veo con otra,
definitivamente no sentiré ya nada:
ni amor que me haga anhelarte
con ansias locas de yo estar en lugar suyo;
ni dolor que me haga odiarte
y me llene de rencor hacia ti.
.
Júrame...simplemente júrame
que ya no me amas y que en tu vida
yo ya no soy nada, que ya no te provoco
la brisa que te refrescaba en días soleados
ni el fuego que te protegía del frío
haciéndote vibrar de tanta pasión.
.
Sólo entonces te dejaré ir,
aunque te siga amando...
y aunque me siga doliendo.