Ámame, como el rosal ama la rosa,
como el riachuelo adora su montaña.
Rebosando ternura prodigiosa,
eclosiona en amor su propia entraña.
Manantial de una fuerza misteriosa,
humecta el sentimiento que acompaña.
Sorteando dócilmente el camino,
perfuma los recodos del destino.
Ámame desde la entrega generosa,
como se brinda sol cada mañana.
Con la tibieza dulce y luminosa,
Con que sus rayos cruzan la ventana.
Poblado de esperanza jubilosa,
el día brilla en su hora más temprana.
Revisten de ilusión rosa y montaña,
perfume del amor su cielo baña.
Ámame intenso, como ama el mar la playa,
que entre suaves caricias desbordado,
nuevas delicias del amor ensaya
y sabiendo brindarse delicado,
su corazón sobre la costa explaya,
con ardiente vaivén apasionado.
Cubre el amor rosa, playa y montaña,
el cielo observa prodigiosa hazaña.
Entrégate al amor mi bien amado.
encadena tu ser a su solsticio,
que en horizonte azul enamorado,
inundará su luz cada resquicio.
Entrégame tu amor desenfrenado,
perfúmame en su magia y artificio.
Densos tú, yo, rosa, playa y montaña;
haremos entre goces fiel campaña.