Siempre estoy tras de ti
queriendo conquistarte y sentir.
Pero hay razones muy abiertas
que impiden que tú me quieras.
Siempre digo que te amo
y que contigo quiero estar.
Pero hay razones muy abiertas
que impiden que tú me quieras.
Juro decir que no hay nada más bello que tu mirada
y que te siento en mí ser cada mañana.
Pero hay razones muy abiertas
que impiden que tú me quieras.
Cada día le confieso a mi almohada mi amor,
el que siento cada vez que te añoro sin razón.
Pero hay razones muy abiertas
que impiden que tú me quieras.
Al llegar la noche, lloro siempre de dolor;
de saber que no eres mía y que tal vez nunca lo serás.
Pero hay razones muy abiertas
que impiden que tú me quieras.
Yo te amo con pasión
te anhelo siempre con fervor.
Pero las razones que impiden que tú me quieras
son mis fatuos errores y mis malditos temores.