Recuerdo los taciturnos tiempos de esperanza en los que reía y aunque el mundo se viniera abajo y mil golpes me atizaran, la exigencia y la falta de comprensión y la doble moral en la vida en la que todo puede cambiar de hoy para mañana hoy puedes estar a lado de ese alguien y mañana se tiene que ir y no por ti, nada importaba, y todo marcaba repugnaba fortalecía, deprimía y cuando no existía el rendirse y aunque el dramatismo fuera intenso, imperante y eterno pensaba en el mañana, pensaba en el futuro en que había esperanza en que toda esa mierda se iría y simplemente todo sería lo que no es, y no había podido ser, para ser y sentir que todo sería maravilloso de forma diferente, nunca enseñar a corregir y sólo reprochar, pero bueno tantas lagrimas sin sentido y odio hacía ti mismo pero a la vez gran amor para levantarse y pedir para mantenerse y fortaleza para no pedir ayuda
ahora sólo tengo que decirte que te amo