Diaz Valero Alejandro José

El libro de Alicia 3/10

CAPÍTULO 3. Espiritualidad Pueblerina


Si algo caracterizó a Alicia en su vida adulta fue la compenetración con los sacerdotes de la iglesia católica que llegaban al  pueblo donde ella vivía. La capillita católica, como solían decirle a aquel pequeño templo, quedaba a dos casas de la suya, allí trabajaba en labores de limpieza; además de lavar y planchar la ropa de los curas (como solían decirle). Esa diaria actividad la hacía tener contacto con Dios de manera constante. Siempre asistía a misas y programaba eventos de ayuda y solidaridad con los vecinos.

 

Sus ocho hijos varones fueron monaguillos, ella siempre los motivaba a que fueran a la iglesia en busca de Dios.

 

No había un domingo en que los vecinos no vieran pasar a Alicia camino a la iglesia, era una asidua feligrés, a menos que estuviese algún quebranto de salud muy fuerte, en cuyo caso escuchaba el sermón sentadita en su cama, por los altoparlantes de la iglesia que llevaban el mensaje hasta su casa, tal como lo hacía su madre en su vejez.

 

Su labor en la iglesia la realizó por más de treinta años, siempre fue muy respetuosa con los sacerdotes, los cuales cada cierto tiempo cambiaban de parroquia, aún así ella hizo amistad con todos ellos  y compartió esa sencillez y espiritualidad que llevaba  dentro de su ser. Siempre en sus conversaciones hablaba de ellos, de sus mensajes de evangelización y de la personalidad de cada uno de ellos, siempre recordaba con cariño al Padre Bautista (El más antiguo), al Padre Meza, al Padre Julián, y al Padre  Franklin (el más reciente) entre otros.

 

La vida de Alicia tan llena de matices espirituales fue construyendo en su mente una forma hermosa de mostrar su vida para la posteridad, ella en realidad no pensaba en el pasado, donde sepultó todos sus sufrimientos… Ahora pensaba en el futuro, en la posteridad, donde seguramente habría que recoger sus frutos.

Su libro seguramente recogería parte de ese encuentro cercano con Dios, ella sabía que aún sin ser escritora, este tipo de vivencias sería fácil de recordar y de escribir.

 

Para Alicia, escribir el libro de su vida

se fue haciendo un sueño mayor,

era una manera por demás exclusiva

de poder hablarle al mundo, de Dios.


Continuará...