Aristide

¿De donde son?

He encontrado los sobres de tus viejas cartas
esas que me mandabas, y yo como loco esperaba.

 

Pero recordándolo bien, tú nunca mandaste
cartas, ni sobres, ni nada.

 

¿De quien son entonces? ¿De donde son?

 

Imagina no haberlas mandado tú, sino  yo
piensa también que esas cartas las queme yo y no tú
que las escribí yo y no tú
que las recibiste tú y no yo.

 

Pienso, pocas veces pienso que esas cartas,
esos sobres las envió tu frio recuerdo y
las leo y releo y na más
comprendo un perpetuo silencio.

 

Miro con detallado y precavido cuidado esas
fotos anexas. -¿Cuáles fotos?- decís – Estas fotos,
estas que llevo en mí, mis viejas memorias junto a ti.

 

Me siento en ese banquito, empolvadito y arrumbadito
en ese obscuro e inmenso rincón, me siento a recordar cosas del pasado.
Recuerdo y sentado recordando trato de acordarme de que me olvide,
mirando estos viejos sobres que allí encontré.