Virginia de Albán

LAS ORILLAS DEL ÉXTASIS

 

 

¡Ah, soy esta flor

tendida en las orillas de la noche!

 

Que juega a ser estambre

curvado más allá del deseo

de brisas del crepúsculo,

más allá de las raíces del silencio,

más allá de la inquieta

brevedad de los pájaros.

 

¡Déjame que te amarre

 a mis ojos y a mi vida,

que juegan a ser faros que te aman

entre la niebla extasiada del beso!

 

¡Déjame que te asedie

con flores y con mundos,

para que luego me bautices

con la deseosa vocación de tu cuerpo.

 

Y a esta casa

en que todo se despierta,

llénala con la soltura de tu alma

                                           transfundida a mi alma,                                    

más allá de tu canto,

más allá de tu canto.