Katze

Trinchera a la felicidad.

Bebo el elixir del delirio,

Lo riego por todo mi cuerpo,

Mis manos marginales lo acarician lentamente,

Mis piernas, mis muslos, mi cintura y mis senos.

 

En la oscuridad de mi habitación,

Mis manos recorren las trincheras a la felicidad,

Y se posan en mi sexo,

El grito de rebeldía sale de mi boca,

La revolución de  mis caderas al tambalearse,

El éxtasis puro de mi alma.

 

Mis dedos húmedos,

Van acariciando mis piernas, mis caderas, y mi cuello.

El dulce sabor de la clandestinidad,

Ha sido saboreado por mi lengua.

 

La rebeldía de mi cuerpo,

Exige más,

He llegado al orgasmo puro,

A una explosión de sensaciones inexplicables,

A una explosión de palabras que llegan a mi mente,

Para luego ser escritas en versos.

 

¡PUTA!