Hoy voté por la Esperanza
En una pequeña escuela
una muchacha
con ojos de fiesta
con ánimo de domingo
me entregó las boletas
A su lado
otras muchachas
otros muchachos
entregaban boletas
compartían aquella hora
con mujeres y hombres
con niños y viejos
igual que se comparte
la flama de una vela
para encender otras velas
Hoy voté por la Esperanza
Para que su savia no se detenga
y corra y se vuelva río, mar
Para que ahogue con oleadas poderosas
al padrote de la Muerte
al hipócrita institucional
al asesino de los sueños
Para que la sonrisa no claudique
Para que mi patria no sea íntima
Para que sea clara, abierta, amorosa
Hoy voté por la Esperanza
Para que su savia no se convierta en sangre
Para que no corra y se vuelva río, mar de la ignominia
Para que no nos ahogue la mierda de los temblorosos
Para que no nos condenemos al infierno de los cínicos
Hoy di mi voto
Y mujeres y hombres dieron su voto a la Esperanza
Alegres
como el balbuceo en el que se adivina la palabra mamá
Unánimes
como la voluntad que se niega, que se rebela a continuar a oscuras
Y estoy feliz
como los labios que encuentran el beso destinado, único
en medio de una plaza pública llena de labios falsos
O como quien parece que no ha hecho nada
y que, sin embargo, ha votado por la Esperanza
Hoy di mi voto a la Esperanza
Nunca más
seré el mismo.
1 de julio de 2012
ÓSCAR CORTÉS TAPIA