No dejes de tomarme de las manos,
sin ti mi caminar luce sombrío.
Dos seres que el amor hizo cercanos,
poblando de caricias su vacío.
Viviendo sin temores o desganos,
fundiendo en su calor lo que era frío.
Mi pecho estremecido amor inflama,
rugiendo en los albores de tu flama.
No dejes de arrullar mi sentimiento,
tu voz es sinfonía en mis oídos,
melódico cantar surcando el viento,
arranca al corazón suaves latidos.
Con un ritmo sutil en movimiento,
tu palabra es refugio a mis sentidos.
Un historia de amor que se proclama,
un poema que en versos se declama.
Nunca alejes mis ojos de tu brillo,
esa luz que ilusiona mi mirada,
fosforece en pupila tierno anillo,
la esperanza florece enamorada.
A esa imagen de amor el alma engrillo,
a la fuerza de su haz encadenada.
La alegría en tus ojos se derrama,
esa dicha mi alma la reclama…
Nunca dejes amor morir el día,
sin conservar en mis labios tus besos,
sin hacer de la vida poesía,
sin sonrisas o mil juegos traviesos.
No dejemos perder la fantasía,
amémonos cual dos locos posesos.
Hagamos del amor fuerte amalgama,
fundiendo nuestras almas en su trama.