Muy pocas veces en mis brazos
te vieron un instante mis sueños
tanto…que en la realidad…
no hay recuerdo exacto,
¡Ni creo que en tu cielo!
Aun retorno en pensamiento
a esa historia sin remedio
para consolar el tiempo.
¡Pienso…y me pregunto!
¿Tal vez hubiese sido en ese día
en que el jardín florecía
con mil colores en tus mejías?
¡Estabas feliz!
¡Como nunca, en tu mirada,
en tus gestos, en tus palabras…
lo sabía, lo miraba!
Solo restaba hacer mas largo el segundo
sin comentarios, que pensé:
que serían muy absurdos.
¡Veías gracias y no disgustos!
compañeros a tu lado…y un amigo;
_un importante…y simple amigo_
¡Un pariente mudo en lo secreto
que muriendo iluso en el abismo,
te amaba complaciente,
y estaba muy consciente…
que no alcanzaría nada más
desde ese entonces… y por siempre!
¿Sabes en que tiempo te escribo?
Confundido te cuestiono,
¡sin, siquiera tu saberlo
“sé que ya eres más que uno”
¡Pero habitas en lo mismo!...
En la claridad que el Sol traspasaba
verde tierno, entre las Benjaminas.
Verte llegar era un soñar a diario
e irte… ¡un bosque sin veredas!
¡Tal vez más que edad falto valor
en vez de dar amistad… ¡era amor!
“pudo haber sido un final mejor”
¡pero siguen pasando ya décadas…
y no estas!
¡No te encuentras en lo usual
ni en las personas que se ven…
del otro lado del cristal,
ni en mi amargo despertar!
¿Qué espacio habita tu materia?
¿Qué exacto lugar?
El mundo…
¡sí, es pequeño!
¡Pero pareces una célula;
y no multicelular!
¡Te volveré a ver en alguna realidad!
“en un abrir de sueños
y cerrar de sufrimiento”
¡para parar de agonizar!
y solventar mi complejo:
De que estas viva y caminas…
y no sientes cuando respiras
que hay alguien que asesinas…
En las noches del misterio,
que existieron a lo lejos.
¿Por qué te apoderaste de mis sueños
de la única fuente de libertad,
y estas de la distancia a tal extremo;
sin que mis voces puedas escuchar?
Si en vida no alcanzo a verte,
¡Quiero hacerlo en la eternidad!
¡Pero no te vallas…
a esos laberintos de castigo,
hazme en vida una señal
para buscar después del olvido,
en la obscuridad de mi muerte
dormido.
¡oh!
¡por pensar tanto, deliro
Y todo me es muy normal!…
La tristeza me embarga alegría
Y la melodía me hace escuchar:
de cantos en melancolía
y obsesiones a más buscar
de nostalgia en agonía…
De crecientes decadentes
y sonido angelical.
¡Quisiera inventar un portal
con tal de un minuto a ti llegar,
y decirte que existo:
En lo oculto y en verdad
en tu entorno sin escapar
como un planeta, en tu sistema solar!
¡Tu estas en mí
sin, siquiera estar conmigo!
y a la vez yo en ti…
¡Pero en tu olvido!