EL FRUTO DE LOS ÁRBOLES
A los árboles y a nuestros bosques.
POR: ROBERT A. GOODRICH V.
Antes de ser un hombre
yo he sido un árbol bueno
sobre cuyas ramas creció por temporadas
la tarde con sus sombras.
(Del Poema: Confesiones de un árbol-
Carlos Garrido Chalén, Perú).
Son frondosos, enormes y hermosos
son la vida misma que Dios nos puso
para iluminar nuestro camino.
Sus ramas y raíces son grandes y fuertes
Sostienen la belleza absoluta del fruto y manjar de los dioses.
Los árboles son vida que iluminan nuestro camino
y engrándese la belleza de nuestros bosques y senderos.
El fruto de los árboles son mangares de los dioses
tan ricos y productivos que nos ayuda al crecimiento del alma y el cuerpo.
Los árboles han sido testigos mudos de miles de acontecimientos
Han visto el ir y venir de hombres y mujeres, de niños y niñas que juegan en el camino.
Muchos han marcado las iniciales de sus nombres como muestra de amor y cariño en aquellos frondosos y fuertes robles que enaltecen los bosques.
Yo soy aquél árbol que mira desde lejos allí parado
A hombres, mujeres, niños y niñas que caminan por los senderos y se sientan debajo de mis troncos.
También he sido testigo mudo de la agonía y crueldad absoluta cometida contra miles de indefensos animales que nada pueden hacer para evitar la desgracia que se les viene encima.
He visto muchos hermanos y hermanas caer a mí alrededor, árboles grandes y pequeños que han sufrido los delirios de grandeza y la locura de hombres sin corazón ni sentimientos.
Hombres que no saben lo que hacen y el daño que hacen no sólo a nosotros
También el daño que a ellos mismos hacen.
Yo era un árbol antes en mi pasado y ahora soy un hombre en mí presente
Qué recuerda tristemente y levanta el fruto de los años que se han ido.
(Poema Ganador de La Musa de Plata en el Grupo de Poesía por La Madre Tierra y por la Nueva Fe organizado por la Unión Hispanoamericana de Escritores (UHE), Perú 22 de abril de 2012).