La esperanza es cíclica.
Lo saben mis bolsillos denigrados,
que nunca alcanzan a ver la juventud de una victoria.
Mis manos sangran de bronca contenida.
Alguien interpretó el libro de los sueños
con la maldad tergiversando la memoria.
Pero aún, y contigo sé que nunca, no caigo en las redes del que mancha.
¿ Deseas que te diga?
Porque al volver a casa,
tu pelo campesino es un pañuelo
y tu cuerpo un manantial donde me abrevo.
"La pobreza es dolorosa", eso es muy cierto.
Pero el amor le damos de remedio.