Este amor enfebrecido
Que no sabe de olvidos ni de rezos
Quiere decirte con besos
Lo mucho que te ha querido;
Que en la alborada risueña
Escucha el canto de un ave
Hasta el ocaso, muy suave
Y por las noches, te sueña…
Por esa vereda que hiciera
Tu paso apurado y cadente
Robando mis ojos y mente
Tal encantadora hechicera;
Tus pies, las hierbas en flores tornabas
Con tus suaves pisadas, mariposa;
Y un poema a diario para ti, amorosa
En tu corazón, sonriente, guardabas.
Atrás quedó el aquelarre
De otro tiempo sin sentido
Y siendo de tu pecho consentido
Fui amando cada nudo de tu amare.
¡Cómo reí con tu risa… mi amor!
¡Cómo soñé con tu ojos…
En mis ojos engarzados!
¡Y tu ingenua carita… llena de rubor!;
Quise tenerla en mis manos
Sostenerla… cual encantada rosa
Acariciarla, besarla primorosa
Y que mis sueños no fueran vanos.
Ay!... Si tus ojos vieran como baila la luna
En estos ojos cansado de espera
En este brillo que ahoga la alegra
Y destila gotas haciendo laguna.
¿Qué historias contaré?...
¡Si de amor, tú eres mi historia…
La que me hizo conocer la gloria…
Y la única, que por siempre amaré!
Delalma
Sábado, 30 de junio de 2012