Apenas me asomo, con mucho cuidado,
una visión emerge de tu recinto,
cual salida de un eterno sueño,
enceguece mis sentidos,
tu figura esplendorosa,
no hay comparación alguna,
uno a uno se asoman para mi placer,
los delicados trazos de tu cuerpo,
para describirte a mi vista voy a
necesitar estar sobrio,
he quedado extasiado.
Cada latido de sensualidad
que asomas en la tenue y aromática,
atmósfera de tu recinto,
hace que pierda mi equilibrio.
Tu evocadora cabellera
cual tul flotando al aire,
se convierte en el velamen
que me atrae hacia ese profundo,
orgulloso y bravío mar para perderme
por siempre en él.
Tus gestos, filigranas sublimes casi un
un milagro cada trazo que dibujas
al aire en perfecta armonía,
pincelando una obra maestra de fulgurantes
colores vivos, para ahogar un grito en
mi garganta reseca de tanto apetito,
que este pobre iluso sueña algún día poseer.
El fulgor de ese par de joyas,
la explosión de tus ojos grises o castaños,
o serán negros, no logro percibir la
tonalidad exacta, pareciera cambian,
con cada paso flotado sobre el aire
que como ráfagas cegadoras,
llevas en ese perfecto mármol de
mil tonalidades distintas,
cual nácar hecho por los dioses
del olimpo, sin escatimar nada
para crear tu soberbio rostro,
acompañado de labios encarnados,
pulposos y vivos cual fruta en plena
madurez listos para ser poseídos
en un torrente de pasión sin freno alguno,
sin noción de tiempo, ni lugar, ni el derredor.
Tu cuerpo, éxtasis total,
iniciando el recorrido en tu cuello,
milagro de la natura,
cual elegante cisne aportado a la soberbia
exquisitez del resto de tu figura,
tus pechos rebosantes cantaros de plena vida
han nacido para calmar las ansias,
de hombre o niños,
de diferentes maneras pero solo eso son,
tu vientre lleno de armonía en movimiento
junto a tu cintura mordaz,
le hacen compañía a par de caderas
cinceladas para el puro y enloquecedor placer,
el misterio velado que no pude
de ninguna manera profanar,
fue tu venus escondida,
ese regreso abrupto sobre tus pasos,
me ha infringido un castigo enorme y
me obliga a volver,
a ver si otra vez tengo mayor suerte
y este sueño completar,
al asomarme entre brumas y deseos
a esta sensual celosía.
_____________________________________________________________________________© Reservados Todos los DerechosAutor: Carlos Dos Santos Daniel05/08/1998