chrix

Balada de un suicida

 

Quedó sin escondite mi herida,
El huracán de tus palabras arrasó las turbas
Que la acobijan en su invernado letargo,
Tengo la palma de mis manos extendida, he llorado tanto…
Que le compás de la tristeza hace geometría mis lágrimas precipitadas,
Círculos cada vez más perfectos sobre la salinidad vestida de dolor,
Me mira de reojo el destino, como queriendo aflojar su dureza,
Mientras hace péndulo con un reloj de plata y olvido,
Siento su mirada y de a rato parece disfrutar,
Del paisaje de quien desfallece de rodilla,
aquí estoy, tengo lanzas de silencio en cada célula,
si respiro entran en mí sin piedad,
pero no creo que me duela más que tu adiós sin palabras,
de repente…con movimientos desafiantes,
tratando de clavar mis uñas en las paredes del abismo,
despliego en mi rostro una abrasiva sonrisa,
irónica, maléfica, Hipócrita y vacía…,
me vuelvo acero y nadie lastima, soy alcohol y copa de cristal…
Que mas…!; ángel del suicidio, aquí estoy!, jinete del olvido aquí estoy…!
Pusieron hora y espacio a este momento,
Confabulando todo entre dientes y susurrando, clandestinos…!
No les temo…
Más miedo me da el perfume casi desfalleciente
En cada rincón de mi cuarto, de tu suave piel ya lejana,
Esta foto que se hizo espacio en mi carne atravesando mis huesos,
Nunca te dije que estabas hermosa ese día!,
El tatuaje de tus besos me arde cada vez que pienso en ti;
Imagen y semejanza se alza mi cuarto plagado de tu mundo,
Todo cubre el moho de tu belleza, todo cubre el bálsamo de mi amor,
Yo te quería tanto!...pero soy rosa salvaje, espina tengo para tu abrazo,
Y te lastime…! Y tú no hiciste más que defenderte;
Sin dañarme con dagas ni puños, solo dijiste adiós y te fuiste,
Es por eso que muerte, no te temo, a despertar mañana si,
Tus prendas son piedras que piso descalzo,
Ven a buscarme estoy preparado, cuando quieras
Llévame que me iré sonriendo tu desdicha,
Pues yo he muerto el día que ella se fue….