el pulso cobró
tal rapidez un acierto del
ojo fuera de órbita ver los
siempreiguales parajes de
cada día transformarse en
luminosos pasillos por donde
andar como en puntas de pie.
Los pensamientos
corrieron a zambullir en el
estanque que rebozaba de
creatividad y locura. Ya no
duré cual gris amuleto
practiqué una conducta
infrecuente para mutar
de pies a cabeza sin saber
más nada de mí de la gente
que reclama por monedas
de otro país entonces caigo
en la cuenta del poder que
contengo para irme sin despedir
siquiera de quienes lo merecen