Al pasar junto a mí
un camino de ardiente arena dejas,
haciéndome soñar
en un fresco trazo de oasis.
En una circunferencia
de caricias, besos y apapachos,
saturando
con luces de relámpagos, tus triángulos
y, aromas de líneas tangenciales
con sabor a coseno.
Cuando miro
tu esbelta figura a contra luz,
en el ocaso de la tarde.
reflejada queda en las aristas
de mis pupilas.
Ese sentimiento mío
no es capaz,
de reblandecer el hierro estructural
ni el aluminio de tu amor.
Sostenido por viguetas colosales,
que forjan una prisión
para mi corazón, el cual late apasionado
sin poder salir y gritar.
¡Te quiero!
bambam