Hoy despierto como todas las mañanas
Abro mis ojos y estiro mis brazos
Y al hacerlo descubro inerme un cuerpo
Es el cuerpo de un ángel
De un ángel de ternura
De un ángel de deseo
Me acerco lentamente, y le doy un beso
Un cálido beso en su frente blanca
Extiendo mi mano sobre su suave espalda
Y le acaricio tiernamente
Comenzando en el cuello, llegando hasta su cintura
Rozo con mis dedos sus rosadas mejillas
Mientras mis labios comienzan a acariciar
Su espalda, por completo desnuda
Deslizo mis manos hasta sus caderas
Y descubro su hermoso talle,
Lentamente de su cuerpo retiro las sábanas
Que me impiden contemplar toda su belleza
Y ¡Oh celestial visión! de ese ángel sin alas
De ese ángel convertido en princesa
Enviado a mí para acompañar
Mis solitarias noches desiertas
Con una pasividad Pasmosa
Me levanto un tanto y…
Observo su hermoso cabello
Derramado en la almohada
Tiñendo de negro y castaño mis sabanas
Suavemente abre sus ojos
Y me miran con un amor desbordante
Con una serenidad electrizante
Y colocándose boca arriba
Descubre ante mis ojos el cielo
¡Qué bello rostro, que lindo cuerpo
Que firmes y redondos senos!
La he mirado y me he perdido
Me extravié en la profundidad de su ombligo
Y me encontré de nuevo en su cálido sexo
¡Oh Dios! cuanta belleza has creado
Cuanto empeño pusiste en este ángel
En esta princesa que me has dado
¡Gracias!, ¡Gracias mi Señor! mi dulce consuelo
Porque en la noche morí y esta mañana…
Amanecí en el cielo.