[en el Roble]
Despellejé la tristeza que mi tiempo malgastaba,
mandé de viaje al infierno la dura melancolía,
destrocé la agonía que mi alma consumía
para encontrar el momento de hacer lo que más quería.
Busqué tu conocimiento para fascinar mi intelecto,
busqué tu pupila versada para conversar con miradas,
busqué tus labios sensuales para satisfacer pasiones banales,
busqué tus cálidas manos para esconder las gélidas mías.
Encontré que me querías mucho más de lo que esperaba,
encontré que disfrutabas el deshojar las palabras,
encontré que perfumabas mis sentidos descocidos.
Decidí disfrutar la vida porque las orquídeas veo,
decidí pasear en invierno porque en el cielo navego,
decidí ser optimista porque cada día despierto.
Decidí continuar las acciones para ocupar mi calendario,
reservar mi sagrado tiempo para adelantar mis proyectos,
compartir contigo caminos en mi hacer de peregrina
y dar más sentido a mi vida evitando los lamentos
que confluyen en confusiones sin mejorar situaciones.
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