Quédate en mi, en mi piel y en mis dedos
Se mi ilusión todas las mañanas
En mi oídos que añoran tu suave acento
En el brillo que refleja mi mirada
Y en mis labios que pronuncian tu dulce nombre.
Quédate en mis pasos que siguen tu camino
En mis horas que de ti están impresas
En mis silencios y en todos los murmullos.
En mi sonrisa, quédate amor se mi alegría,
No te vayas hoy, ni te vayas mañana.
Quédate en mis caricias, juega con ellas
no te vayas amor, nunca te vayas.
Quédate, que tejí sonrisas con suaves gestos
Para mirarte y enternecer tu alma
Quédate en mis besos que humedecen tu boca
Cuando de ti se sacian mis anhelantes labios.
quédate amor nunca te vayas
no dejes que por ti llore mi alma
no dejes que por ti quiera morirme.
Quédate amor y dame calma.
Quédate que tengo para ti otro mañana
Donde mis anhelos estrenen un mundo nuevo
Donde las flores nunca mueran
Y sus pétalos adornen nuestro lecho.
Donde las estrellas desciendan a tus manos
Y tejas con ellas con hábil ternura
una corona para nuestros sueños.
Y en el vuelo de una ave nocturna
Llegar a la luna para enamorarnos
Y reírnos cuando el día termine
Por la alegría de encontrarnos juntos
Y abrazarnos al llegar al alba
Y con un dulce “buenos días amor”
Bendecir nuestro encuentro mañanero
No te vayas amor, nunca te vayas.