Tu eres la Reina y Señora, eres la mamá más buena,
sufres por todos nosotros y es una gran pena. Deberíamos
luchar todos por tenerte contenta. Yo sé que te hacemos
llorar con nuestros pecados y ofensas, deberíamos procurar
no pecar nunca más para que seas feliz como las madres
de la tierra que tienen unos hijos que las veneran. Yo me
propuse algún día ser una hija buena para que no sufras
nunca más y estés siempre contenta. Se que te gusta - -
mucho que te recen el Santo Rosario, es una buena ofrenda
y a través de tu Hijo reine la paz en la tierra.