Ivan martinez

Se hizo corta la tarde

 

Se hizo corta la tarde

desde la respuesta, a tres horas de la puesta

todo se comprimió hasta el mar

en lo infinito de una lagrima.

 

Simple la muchedumbre como la nada.

¿Qué importo?

Si ni siquiera el ardiente amor.

Si antes en las nubes flotaba

ahora, ni la tierra o la roca me soportaban

 

Se rompió la noche

desangrándose sobre el bosque,

la ciudad y por las higueras,

un millar de sonidos entonaron sin nombre

un clamor solemne, hechizado; e inconforme.

 

Bajo esta luna que nunca olvido

entiendo el fluir del sigiloso viento

no hay arboles ni ramas en el suelo,

ni aves, ni grillos

solo inmuto frío.

 

Con esta maravilla de ser y no ser nadie

revuelvo el vaivén del tiempo,

la tierra vuela y no es un ave

y el sol con ella es muy amable…

y... yo sin ti: insoportable.

 

Vista aquí, allá y así

todo siempre es repetido,

pero al inquieto y famoso olvido:

"Todos lo aman, nadie lo adquiere"

y es igual a energía y materia: “vivo”.

 

¿Quién esta del otro lado del fuego

y escucha a dimensiones este suplicio

o que desafía la muerte de un decimo piso

o que va y viene, de mas allá del infinito?

 

Camino esquivando el crujido, el chasquido,

o el percuso sonar de algo de ruido

y te encuentro, aunque por otros ojos no visible

con un aura de destellos, entre luciérnagas y candiles

 

¿Quién encuentra si no busca?

Y se limita con libre albedrío

¿Qué experimento somos?

¿Que silencio hecho a gritos?

¿Porqué concebir tanto que no vemos?

Y alucinar el todo real vivir

¡Que ni en el creemos!

 

¿Porqué no cuidar el mundo?

Mira que aunque el atardecer es más cortó

y te parezca mi desearte abrupto...

 

¡Mi sufrir por ti lo disfruto!