La noche bajó temprano,
el sol salió de la vista
un lucero va atravezando
el cielo como trapecista.
La luna asomó cansada
de la vuelta de su ida
y tú sentada esperabas
que se deshojara la vida.
Pensabas algo tranquila
sobre tu camino trazado,
no apareciendo nadie
de tu cuerpo enamorado.
Mirabas en el colgador
tu hábito de SOR prendido
a un gancho de negro metal
como queriendo avisar
la vida que has escogido.
Todos te decian Madre
sin tener hijo parido
así tu camino cayó de
la cima al erido.
Hoy te encuentras al mundo,
sin hábitos, con vestido
el amor es la verdad
de tu cambio tan temido.